lunes, 1 de diciembre de 2008

PARTE DE LA SOLUCIÓN, NO DEL PROBLEMA

Estamos presenciando estupefactos en Colombia, situaciones de toda índole que nos afectan a todos de una forma o de otra.

Lo que más impacta es la pasividad de todos nosotros.Es necesario con urgencia que tomemos la decisión de ser parte de la solución y dejar de seguir siendo parte del problema.
Ejemplos sencillos:

1. Lucha de poderes en el ámbito político, donde no importa los métodos que se utilicen, lo importante es hacer quedar mal al opositor para ganar posiciones.

2. Uso de la fuerza en una u otra dirección, para buscar imponer ideas sin importar quien o quienes resulten afectados.

3. Manejo de conciencias por parte de políticos corruptos que acuden a toda clase de prebendas para obtener su propio benefició.

4. Liviandad por parte de los electores, permitiendo que su conciencia sea comprada sin importar a qué precio.

5. La doble moral que caracteriza el manejo de los problemas por parte de un grueso grupo de personas.

6. Personas afectadas con el cierre de las pirámides y DMG, creyendo que la solución está en destruir todo lo que encuentrana a su paso.

Puedo seguir citando muchas situaciones, lo cual no es el propósito en este momento, sino invitar a toda persona que quiera hacerlo, a buscar, proponer y poner en funcionamiento soluciones basadas en la Palabra de Dios, a la cual muy pocas veces o nunca se acude, de tal manera que estas soluciones sean benéficas para todos. Al fin y al cabo son de parte de Dios y no de hombres. Él ha dado y es la respuesta a los problemas del hombre.

Qué bueno comenzar a buscar qué dice Dios respecto a todo lo que estamos viviendo y cuál es la solución que Él manda. Él es el Dueño de la Obra.

Le pido a Dios que nos ayude a ser parte de la solución y no seguir siendo parte del problema. le pido a Dios que nos ayude a poner en práctica Su Solución, porque la del hombre solo ha servido para empeorar las cosas, al punto de vernos a las puertas de una catástrofe mundial.

Le ruego su participación, en lo posible, tocando el problema y dando la solución que Dios nos ordena. Procuremos no seguir presentando soluciones a nuestro parecer porque es lo que hemos hecho a lo largo de los siglos y ya vemos las consecuencias. ¡Ah!, empecemos por nosotros mismos, para evitar lo que Dios nos dice: "Buscamos la paja en el ojo ajeno y no miramos la viga que tenemos en el propio".

Cuidemos que nuestra participación sea prudente y alentadora. Recordemos que Dios dice: "De la abundancia del corazón habla la boca".

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